¿Qué espera el joven que acude a la orientación vocacional?
Del lado del sujeto evaluado, el adolescente o aquel que busca una orientación vocacional, está la expectativa, el suponer que las pruebas y entrevistas aplicadas por parte del orientador vocacional serán suficientes para después tener un panorama sobre el futuro. Entonces sucede que si en las entrevistas no se exploró las necesidades o el perfil real del sujeto, si se hizo una interpretación mecánica de los resultados y gráficas, es altamente probable que el sujeto no vea cumplida su demanda y desconfíe de estos métodos, aparezca angustia sobre su futuro, y tome una decisión premeditada y que muchas veces lo conduzca al fracaso.
¿Qué debe hacer el orientador para realmente ayudar al joven en la toma de decisiones?
Se hace altamente recomendable para el evaluador contemplar las necesidades y características reales del sujeto en cuestión y hacer un pronóstico con base en su perfil singular y no desde estándares, es decir, no caer en la generalización y atenerse únicamente a las categorías que nos ofrece la prueba. La propuesta en cambio gira entorno a identificar las habilidades e intereses vía las pruebas y en paralelo hacer un trabajo de entrevistas en donde se adapten los resultados al perfil del joven para que tenga sentido y ofrezca resultados la evaluación vocacional. De esta manera se resalta la importancia de las entrevistas, ya que estas irán más allá de un mera viñeta clínica que hay que vaciar de información con cuestiones cerradas que limitan la expresión y el conocimiento del sujeto, es decir, que estas entrevistas apuesten por un conocimiento y una exploración centrada en lo cualitativo para poder adaptar la información de las pruebas al perfil del evaluado. En la medida que el jóven encuentre sentido en los resultados, es decir, que la orientación le aclare algo de su panorama futuro, un panorama que pueda ir más allá de lo ofrecido en la prueba, que se aterrice en el caso concreto, ó lo que es lo mismo, que se haga un esfuerzo por la integración cuantitativa y cualitativa, ya que si no se logra hacer sentido de las pruebas al joven, se puede considerar que de poco habrá servido el trabajo y antes que funcionar seguirá desprestigiando el trabajo del evaluador en orientación vocacional y la utilidad de una psicología.
Asi, podemos ver que cuando las pruebas escritas hacen mancuerna con las entrevistas, se logrará un trabajo bien hecho de parte del orientador, que ayudará al joven a tomar una de las decisiones mas importantes de su vida y que lo acompañara por siempre.
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