La medicina veterinaria como ciencia tiene su origen en la Edad Media y se fundó con el objetivo de prevenir o bien diagnosticar las enfermedades de los animales (no solo domésticos sino también de los llamados de “producción”) que pueden ser causadas por alguna lesión o bacteria, a través de la revisión. Esta ciencia es muy antigua, ya que data de las relaciones que se fueron conformando entre hombre y animal, con el objetivo de incrementar la calidad y duración de vida de los animales ya sean domésticos o bien aquellos que se utilizan para las labores de la agricultura y ganadería.

Cuando el especialista en animales se cerciora de lo que provoca el malestar, su deber será curar o bien suavizar el sufrimiento del mismo; para poder conocer exactamente el padecimiento del animal, el veterinario debe tener conocimiento en varias ramas como son anatomía, biología, patología, entre otras.

Una de las labores más grandes que hacen estos médicos además de curar a los animales, es la de cerciorarse de que las enfermedades no serán transmitidas a los seres humanos; esto se vuelve posible debido a que en la actualidad la veterinaria se practica en los mismos niveles de la medicina tradicional ya que se emplean métodos similares, llegándose a aplicar cirugías y aparatos como los de rayos X que también se utilizan en la medicina para humanos.

A pesar de que la formación de un médico veterinario es general, estos en ocasiones se especializan en algún tipo de animal como caballos o mascotas, lo cual también dependerá del lugar de residencia del médico. De la misma manera se pueden especializar en problemas más específicos como en los ojos, la piel, o bien la patología.

Con el avance de la tecnologia y la creciente especialización de los veterinarios se ha vuelto  más fácil acceder a los tratamientos para los animales que traen consigo beneficios también para la salud humana.