Glicerina: qué es y para qué sirve
La glicerina es un alcohol presente en aceites vegetales y grasas animales, que sirve para la creación de moléculas de triglicéridos y fosfolípidos, sustancias que forman parte de las membranas celulares y participan en procesos de transferencia de tejido adiposo y glucosa entre los aparatos del organismo, lo que los hace necesarios para el proceso metabólico.
Como su nombre lo dice, el también llamado glicerol deriva del griego “glikos”, que quiere decir dulce y es precisamente el sabor de este compuesto viscoso. Su fórmula química es C₃H₈O₃ y desde tiempos remotos ha sido empleado para la fabricación de jabón, siendo los fenicios quienes popularizaron este producto cosmético y de higiene aproximadamente hacia el año 600 a.C.
Sin embargo, el glicerol aislado –como lo encontramos hoy en cualquier farmacia— fue obtenido hasta 1779 por el químico sueco Carl Wilhelm Scheele, quien logró extraerlo de una mezcla hecha con aceite de oliva.
- ¿Cómo se logra tenerlo en estado puro?
En nuestros tiempos, la glicerina es un subproducto de la fabricación de jabón, biodiesel e hidrocarburos como el propileno. - Propiedades del glicerol
Sin duda, su principal cualidad es la de ser una sustancia higroscópica, lo que significa que tiene la facultad de absorber la humedad a su alrededor, aunque a esto se suman sus propiedades tensioactivas y antisépticas, sin contar que favorece el descenso crioscópico, es decir, disminuye el punto de congelación de un líquido. - ¿Cuáles son sus usos?
Debido a todas las propiedades antedichas, la glicerina se emplea en la elaboración de múltiples productos cosméticos, médicos (jarabes, emulsiones, ungüentos), conservadores y mejoradores de alimentos, cigarros, lubricantes para maquinarias de la industria alimentaria y médica, anticongelantes, pinturas, suavizantes textiles, explosivos, entre muchos otros más. - Precauciones
Si bien se trata de una sustancia no peligrosa que puede ingerirse para ayudar al rendimiento físico procurando una menor deshidratación, o aplicarse tópicamente para reparar la piel, es mejor que un médico especialista determine este tipo de usos, ya que podría darse el caso de una intoxicación o de alergia cutánea. No obstante, es muy rara una reacción adversa del organismo hacia este tipo de materias primas, pues tendría que ser consumida oralmente en cantidades mayores a 5 gramos por cada Kg de peso corporal o haber sido aplicada en pieles extremadamente sensibles para que se presente algún malestar, por lo que puede tener la confianza de que se trata de uno de los químicos más nobles que empleamos a diario.
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