Escrito por: Mariel Hernández Maldonado

La reciente inauguración de la Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería fue, por supuesto, una buena ocasión para hablar de la situación de analfabetismo actual en el país; un país que se encuentra en los últimos lugares de lectura, educación y conciencia histórica, en el que las personas muchas veces no leen ni un solo libro al año, un país en el que las escuelas primarias y secundarias públicas están prácticamente abandonadas y las universidades se encuentran más estigmatizadas que nunca.

En nuestro país ser profesor o ser estudiante es motivo de desconfianzas, menosprecios y burlas; las exposiciones de arte son ignoradas y se cambian las horas de lectura en familia por horas de televisión, en ése país se han detectado 4.4 millones de analfabetas.

La prueba PISA que sirve básicamente para evaluar el nivel con el que cuentan los estudiantes del país reveló que al menos el 40% de los estudiantes no tiene la capacidad de entender un texto mientras que existen 16 millones de personas que no concluyeron la educación básica, limitando no solamente las oportunidades de trabajo, sino de acceso a la justicia.

Existen dos tipos de analfabetismo que predominan en el país: el analfabeta que no sabe leer o escribir, y el analfabeta funcional, que sabe leer y escribir pero no alcanza a comprender lo que ha leído o escrito en su totalidad, este es uno de los grados que más preocupan a los profesionales pues incluso en nivel superior se presenta este problema.

El Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Enrique Graue Wiechers reconoció que a pesar de ser un problema recurrente año tras año que se realiza la evaluación, no se han tomado las medidas necesarias para fomentar el hábito de la lectura en los ciudadanos de todas las edades, pues en la primaria son pocas las actividades de lectura que se inculcan en los niños.

La educación en casa es un punto muy importante para que los niños desarrollen el gusto por la lectura compleja, la lectura que vaya más allá de una revista. Muchas personas prefieren pasar el tiempo libre con sus hijos viendo la televisión, lo que los aleja de los libros. La mejor manera de fomentar el gusto por la lectura en nuestros hijos es desarrollar el mismo gusto nosotros mismos; el momento en que los pequeños nos vean tomar la lectura como un hábito regular, les parecerá normal hacerlo ellos también.

No hay límite de edad para el estudio, aquí les mostramos nuestro directorio de escuelas y cursos donde podrá encontrar diferentes opciones para seguir estudiando, aprender más y obtener un mejor empleo. Seamos buenos ejemplos para nuestros hijos.

Author: director