Cuestiones sobre orientación vocacional
El problema de la orientación vocacional atraviesa la formación de un proyecto de vida, se hace un momento síntesis en la adolescencia, donde la elección de una carrera forja la situación al desarrollo. La perspectiva se hace atractiva si el sujeto piensa a la larga; de primera instancia un joven puede ver éste proceso vocacional como una pérdida de tiempo o algo intrascendente, entonces la relevancia pasa por hacer consciente al sujeto del momento crucial que vive su desarrollo, lo cual se delegará al orientador vocacional. Otro punto a considerar es la reducción de la angustia hacia el futuro; muchos jóvenes no saben que les deparará luego del nivel medio, y el tener ciertas certezas o perspectivas favorecen la decisión y elección de un proyecto a futuro.
Lo que ofrece una evaluación vocacional es identificar habilidades e intereses del sujeto, pues no sólo basta con identificar lo que me gusta, sino para qué soy bueno. Esta combinación es importante, pues un desempeño adecuado no se cumple con una sola de estas características, entonces lo relevante gira en torno a poder establecer un punto de conexión entre habilidades e intereses que se reflejen traducidos en una propuesta concreta hacia el futuro.
Muchas de las pruebas que se aplican en orientación vocacional están centradas en cuestiones académicas o de grados escolares institucionales que no siempre se pueden ver reflejados en los perfiles o necesidades que los sujetos reales manifiestan, es cuando se hacen necesarias sesiones de entrevistas o pláticas para detectar y afinar el perfil del sujeto. Llegamos al problema de toda prueba psicológica: la idea de que una estandarización nunca podrá dar cuenta exacta de un sujeto real. Las pruebas psicológicas funcionan a partir de comparaciones con una media que muchas veces no refleja las necesidades reales de un sujeto; por otro lado está el problema de asociar lo vocacional–como habíamos mencionado- con lo estrictamente académico, es decir, los estándares o las categorías bajo las cuales se construyen dichas pruebas están asentadas desde un enfoque en educación media, ahí es donde muchas necesidades reales también se ven constreñidas.
De esta manera podemos afirmar a las entrevistas como herramientas que no complementan, sino que son la base de la orientación vocacional, pues en la charla cara a cara se puede apreciar al sujeto más allá de una generalización previa y entonces las pruebas adquieren un sentido más amplio, pues se trabajan como complementos y no como lo definitivo, pues dichas entrevistas juegan un papel clave en la interpretación misma de las pruebas.
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